MÁS ALLÁ DE LAS GAVIOTAS
En esta isla fría,
la gaviotas despiertan antes,
y tú,
transeúnte.
Qué más hay?
No sé.
Solo sé que hasta el cielo las imita.
Cuando las gaviotas descansan,
la silueta de las nubes dice
¡Aquí está tu cielo!
Cielo,
cada quien aprende a observarte
desde su lugar.
Queremos imitar la majestuosidad natural
hasta ocuparla.
Imitamos a la gaviota
con vuelo frío,
mecánico,
rígido,
torpe.
Poseídos,
creemos hacerle la contienda.
Míranos allá descender,
no por el gozo del viaje de ser,
ni por encontrar el sustento,
ni muchos menos por reverencia.
Aquí alcanzamos la altura,
para apuntar a la presa.
Carcasa no siente viento,
ni la plenitud de momentos.